Yo lucho por no quedarme satisfecho en la nada,
por correr lejos de las ataduras del conformismo,
por no aceptar que lo que no es justo porque asi tiene que ser,
conmigo no va y si sucede conviene,
pero que siempre sea para bien.
Yo lucho por la sonrisa de mi madre que vale un millon,
por la tranquilidad de mi abuela que teje en su sillon,
por las ensenanzas de mi padre a su manera,
por la estrella desde el cielo de mi otra abuela,
lucho por mis creencias y mis objetivos,
lucho por no ser un simple mendigo.
Yo lucho por mis convicciones y por cambiar todas mis equivocaciones,
lucho con las voces en mi interior que dicen no puedes,
las mando a callar y me escribo un cuento con final feliz,
no interesa si comemos o no perdiz.
Yo lucho porque soy un testarudo,
porque no quiero ser recordado como un cojudo,
lucho por la luna y la naturaleza,
para poner de mi lado a todo el planeta.
Yo lucho por culpa de mi orgullo,
que me exige un paso adelante,
que me da su apoyo constante,
lucho a causa de mis caidas,
que terminaron dandome la moraleja de mi vida.
Lucho y no me canso,
aunque a veces ni me aguanto,
sigo sin descanso pues no hay tiempo,
ni para arrepentirse, ni para juzgar,
solo hay que enfocarse en no terminar mal.
Yo lucho con la fe que Dios me da,
con su mirada celestial,
con su manera de llegar al fondo de mi alma,
con su bendicion para reescribir mi historia,
su luz bendita que me guia hacia la gloria.
por correr lejos de las ataduras del conformismo,
por no aceptar que lo que no es justo porque asi tiene que ser,
conmigo no va y si sucede conviene,
pero que siempre sea para bien.
Yo lucho por la sonrisa de mi madre que vale un millon,
por la tranquilidad de mi abuela que teje en su sillon,
por las ensenanzas de mi padre a su manera,
por la estrella desde el cielo de mi otra abuela,
lucho por mis creencias y mis objetivos,
lucho por no ser un simple mendigo.
Yo lucho por mis convicciones y por cambiar todas mis equivocaciones,
lucho con las voces en mi interior que dicen no puedes,
las mando a callar y me escribo un cuento con final feliz,
no interesa si comemos o no perdiz.
Yo lucho porque soy un testarudo,
porque no quiero ser recordado como un cojudo,
lucho por la luna y la naturaleza,
para poner de mi lado a todo el planeta.
Yo lucho por culpa de mi orgullo,
que me exige un paso adelante,
que me da su apoyo constante,
lucho a causa de mis caidas,
que terminaron dandome la moraleja de mi vida.
Lucho y no me canso,
aunque a veces ni me aguanto,
sigo sin descanso pues no hay tiempo,
ni para arrepentirse, ni para juzgar,
solo hay que enfocarse en no terminar mal.
Yo lucho con la fe que Dios me da,
con su mirada celestial,
con su manera de llegar al fondo de mi alma,
con su bendicion para reescribir mi historia,
su luz bendita que me guia hacia la gloria.